Es el órgano que nos conecta con la verdad.
Es capaz de pensar en la verdad.
Es capaz de criticarnos a la luz de la verdad, porque la verdad es buena y nosotros no.
Es capaz de cambiarse a sí mismo, de cambiar nuestra mente, de reflejar la verdad, cuando estamos en el error.
A través del sistema nervioso central (el cerebro y la médula espinal), también es capaz de cambiar nuestras acciones y comportamientos para reflejar la verdad, cuando estábamos pecando.
Incluso controla y equilibra nuestros sentimientos cuando se disciplina adecuadamente.
La mente es la puerta de entrada a la persona en su totalidad.
El apóstol Pablo lo dijo en la carta a los Romanos en el capítulo 12. Dijo que la renovación de nuestra mente nos llevará no solo a discernir lo que es bueno, perfecto y la voluntad de Dios… sino que también hará que nuestros cuerpos se conviertan en vehículos a través de los cuales vivamos una vida de acciones y comportamientos que adoran a Dios.
Deja de descuidar tu mente. Aliméntala y úsala.
Martyn Iles
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