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La Paz, 26 de junio de 2024 – Bolivia vivió este miércoles una jornada de extrema tensión política cuando un grupo de militares ingresó violentamente al Palacio Quemado, sede del Gobierno en La Paz. El presidente Luis Arce convocó a la población a movilizarse contra lo que calificó como un intento de golpe de Estado. «No podemos permitir que retornen las intentonas golpistas», declaró desde la Casa Grande del Pueblo.
Detrás de la asonada se encuentra el exjefe del Ejército, Juan José Zúñiga, destituido el martes tras advertir que no permitiría un nuevo gobierno del expresidente Evo Morales. Tras el incidente, Arce nombró a un nuevo comandante del Ejército, José Wilson Sánchez, quien ordenó a los militares regresar a los cuarteles. Zúñiga fue detenido poco después y acusado de intentar implicar al presidente en una operación para levantar su popularidad.
Durante la tarde, Arce compareció acompañado de sus ministros y del vicepresidente David Choquehuanca, enfatizando la necesidad de unidad y calma. «Llamamos al pueblo boliviano a movilizarse y a mantener la calma. Todos juntos vamos a derrotar cualquier intentona golpista», afirmó.
El intento de golpe ha sido condenado por todo el espectro político boliviano y la comunidad internacional. Se emitió una orden de aprehensión contra Zúñiga y se activó una alerta migratoria para evitar su fuga.
La situación comenzó a escalar cuando los militares rebeldes bloquearon el acceso a la plaza Murillo y lanzaron gases lacrimógenos contra la población que se manifestaba en su contra. Zúñiga, desde la plaza, proclamó su intención de reestructurar la democracia y liberar a los presos políticos, antes de subirse a un vehículo blindado.
En un mensaje en redes sociales, la ministra de la Presidencia, Marianela Prada, denunció el intento de golpe de Estado, atribuyéndolo a una facción del Ejército. Otros ministros también se pronunciaron en defensa de la democracia y el Gobierno legalmente constituido.
Tras la orden del nuevo comandante del Ejército, los militares golpistas comenzaron a retirarse de la plaza Murillo, marcando el fin del intento de golpe.
